jueves, 17 de noviembre de 2011

Albóndigas de pollo con salsa de champiñón y almendras

Hay muchas maneras de hacer albóndigas y creo yo, que todas están ricas, ésta vez decidí  que la carne fuera de pollo, ademas de suaves el sabor, era estupendo, las acompañé de un arroz blanco rehogado con ajicos y perejil que le da un toque, para nosotros fué plato único, espero que os guste.
Ingredientes (dos personas)
1 pechuga de pollo y un muslo todo picado
2 dientes de ajo picado
1 huevo
1 rebanada de pan de molde
leche
1/2 cebolla
12 almendras
6 champiñones
harina
aceite y sal
Modo de hacerlo
En un bol poner el huevo y batirlo bien, poner el pollo picado, mojar en un poco de leche el pan y añadirlo a la carne, poner un poco de sal, un ajo muy picado y mezclar bien el conjunto, si hiciera falta poner un poco de pan rallado, formar las albóndigas, pasarlas por harina.
En una sartén con aceite dorar las albóndigas y ponerlas en la olla rápida.
Quitaremos un poco del aceite y en el que nos queda pochar la cebolla cortada muy pequeña, una vez que la veamos trasparente añadir los champiñones cortados en trozos rehogar bien, cuando cambien de color poner las almendras picadas, darle unas vueltas, poner un poco de agua remover y cuando empiece a hervir lo añadiremos a las albóndigas, mover la olla cerrarla y cuando  salgan las rayas contar 3 minutos, retirar y dejar que baje el vapor para abrir la olla.
Retiraremos las albóndigas a una fuente y en esa misma olla sin lavar y con un poco de agua cocer el arroz, pasarlo por agua fria, rehogarlo en una sartén con un ajo bien picado y un poco de perejil.
Para presentarlo poner un aro de emplatar poner el arroz, las albóndigas y servir.
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Congelación


Estamos entrando en el tiempo de los platos de cuchara y me refiero a las legumbres, las hemos comido en verano, pero en ensaladas, ahora serán más consistentes y no está de más que tengamos congelados y previamente remojados, unos garbanzos, que en cualquier momento podemos usar, pues es la única legumbre que se tiene que poner con el agua hirviendo, por lo que si se nos ha olvidado el remojo lo tenemos al alcance de la
mano en nuestro congelador.
Con respecto a las alubias, es mejor congelarlas una vez cocidas, solamente con un poco de sal. Descongelar y cocinar al gusto, podemos cocer de una vez más cantidad y guardarlas en porciones para sacar lo que necesitemos, de ésta manera sobre todo para las personas solas no tienen escusas para comerse un plato calentito en invierno con poco trabajo.
Lo mismo podemos hacer con un buen caldo, para tomar un cosomé o ponerles unos fideos para la cena. Si usamos las ollas
rápidas, en
muy poco tiempo y poniéndolo en porciones será un aliado para esas noches frias cuando se vuelve del trabajo.