jueves, 7 de mayo de 2015

BIZCOCHO DE ACEITE



Aqui llega mi tercera receta para el Mañoso, ya sabeis que esta primavera tenemos a Laura como anfitriona y a Jose como tutor, los ingredientes, las masas aragonesas, el ternasco y el aceite de oliva virgen y con este ingrediente es mi receta.

He preparado un bizcocho que he sacado de un libro dedicado al AOVE de nuestra tierra, de él he cocinado varias recetas, una de ellas el helado de aceite que resulta muy rico, lo mismo que la receta de hoy, la pena son las fotos, solo puedo usar una, ya no me ha quedado después de merendar y llevarse mis nietos el resto.

Me ha sido imposible como podéis suponer, hacer mas fotos, estaba muy rico, espero que a vosotros también os guste.


Ingredientes

200 ml de AOVE Sierra del Moncayo
375 de harina
250 de azúcar
2 huevos gordos
200 ml de leche
30 g. de levadura en polvo
1 limón
sal

Modo de hacerlo

1º/ Pelar el limón quitándole la parte blanca, y secar la piel en el microondas, ir poniendo 20/30 segundos hasta que se sequen (repetir si hiciera falta) y triturarla, reservar.

2º/ Mezclar la harina tamizada con la levadura, reservar.

3º/  Untar un molde con aceite
En un bol batir los huevos con una pizca de sal, añadir poco a poco el azúcar y luego el aceite, añadir a esta mezcla la leche, la ralladura del limón y la harina con la
 levadura, mezclar hasta formar una  mezcla cremosa, con la que llenar la 
mitad del molde para que suba.
Precalentar el horno a 200º grados y cuando pongamos el molde, bajarlo a
 175/180º grados durante 30/35 minutos.

4º/ Dejar enfriar, desmoldar y cortar.




Os recuerdo que todavía tenéis tiempo de preparar recetas con masas aragonesas, ternasco y AOVE hasta el dia 10 de Mayo



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Congelación


Estamos entrando en el tiempo de los platos de cuchara y me refiero a las legumbres, las hemos comido en verano, pero en ensaladas, ahora serán más consistentes y no está de más que tengamos congelados y previamente remojados, unos garbanzos, que en cualquier momento podemos usar, pues es la única legumbre que se tiene que poner con el agua hirviendo, por lo que si se nos ha olvidado el remojo lo tenemos al alcance de la
mano en nuestro congelador.
Con respecto a las alubias, es mejor congelarlas una vez cocidas, solamente con un poco de sal. Descongelar y cocinar al gusto, podemos cocer de una vez más cantidad y guardarlas en porciones para sacar lo que necesitemos, de ésta manera sobre todo para las personas solas no tienen escusas para comerse un plato calentito en invierno con poco trabajo.
Lo mismo podemos hacer con un buen caldo, para tomar un cosomé o ponerles unos fideos para la cena. Si usamos las ollas
rápidas, en
muy poco tiempo y poniéndolo en porciones será un aliado para esas noches frias cuando se vuelve del trabajo.